Napoleón Bonaparte |
I
Recuerdo
una notable anécdota sobre el singular carácter e inteligencia de
Napoleón Bonaparte, uno de mis personajes históricos favoritos. El
hecho apunta a resaltar el heroísmo, la valentía, la audacia, etc.,
como cualidades innatas de cualquier soldado - incluido Napoleón,
claro está - y siempre desde la óptica de nuestro recordado
general. Una vez, relatan
sus biógrafos no oficiales, necesitaba urgentemente contar con los
servicios de un espía. No se presentaron muchos voluntarios para tal
encargo, pues tampoco había muchas plazas, y precisamente, no
existían tantos espías en el ejército de su futura majestad
imperial porque nadie había logrado establecerse con éxito tras las
líneas enemigas y cumplir eficientemente con tal encargo.
Se
requería, entonces, de cualidades muy especiales, cualidades con las
que solamente debe contar un espía de calidad indiscutida. Le
presentaron, durante el día, muchos candidatos y, cuando ya se
acababa la fila de pretendientes, distinguió a un peculiar hombre
que llamó sobremanera la atención del vivaz y pequeño corso. Tenía
el rostro y las partes visibles del cuerpo repletas de marcas de arma
blanca, laceraciones por proyectil de arma de fuego, cicatrices
causadas por alambres de púas, era tuerto del ojo izquierdo y con
una leve cojera en la
pierna del lado izquierdo, vaya a saber uno por qué.
Era,
a pesar de todo, un sujeto todavía interesante e imponente, aunque,
en opinión de cualquier no especialista, inservible para el delicado
y secreto encargo. Napoleón, sin embargo y contra todo pronóstico,
le dio el empleo aduciendo que solo un hombre como él estaba dotado
para superar cualquier obstáculo y solo habría que, para calificar
merecidamente su valor e integridad – adujo el pequeño corso -,
fijarse como quedaron los hombres que se le pusieron enfrente.
La toma de La Bastilla |
II
Cuando
mencionamos la palabra Chauvinismo, por lo general, aludimos a la
exaltación o enaltecimiento exagerado de las cualidades o
características de una determinada nación. Lo que coloquialmente
conocemos como patrioterismo, entonces, tiene su origen en lo que
podía resultar en el imaginario del pueblo francés, ser el
modelo del
soldado ideal de los ejércitos de Francia, siempre enfrentada, por
querer exportar sus valores republicanos, con las monarquías
conservadoras de Europa, incluyendo la que estaba al otro lado del
Canal de la Mancha.
Más,
cuando hubo
que ir en busca del
modelo o paradigma que reuniera todas las virtudes y cualidades de lo
francés, porque se necesitaba un personaje muy especial para
presentarlo como vivo ejemplo de las virtudes del pueblo galo y sus
guerreros históricos - se me viene a la mente Vercingetórix -, o de
cualquier miliciano de extracción popular que defendiera la
República y sus valores, se eligió al nada real Nicolás Chauvin,
Se
imaginó
la existencia de un
ciudadano que prestó servicios en el ejército de Napoleón
que se llamaba Nicolás Chauvin y que tenía los méritos para ser el
modélico soldado que encarnara las virtudes del soldado francés.
No tenían que referirse al Soldado Desconocido como
en
otras tradiciones. Se dijo mucho, en salones y plazas, que el
heroísmo de Chauvin era proporcional a su exhibicionismo y falta de
modestia. Años más tarde, estas pretendidas cualidades fueron
objeto de burla de los mismos que lo idolatraron en lugares que no
encontraremos jamás heroísmo ni amor a la patria: en los lupanares
y en los espectáculos del vodevil francés.
Pues
bien, a lo que quería llegar era que el imaginado Chauvin, por sus
merecimientos y ganas para combatir defendiendo a su patria, luciendo
con orgullo sus heridas y mutilaciones, fue el elegido para
ejemplificar al patriota francés, por lo que, en adelante, se
identificó como chauvin
a
todos los soldados que tuvieran estas características.
Policías en la manifestaciones por la muerte de G. Floyd |
III
Un
ciudadano afroamericano llamado George Floyd fue intervenido por la
policía de la ciudad de Minneapolis, detenido por la presunta
entrega de un billete falsificado.
Policía blanco, infractor negro.
Uno de los agentes que lo intervino le aplicó un procedimiento
inusual para inmovilizarlo y al cabo de 8 minutos y 46 segundos,
George Floyd dejaba de respirar, dejaba de existir.
En
diversas ciudades de Estados Unidos de Norteamérica, desde hace unos
días son continuas las refriegas y los enfrentamientos de la
población civil, afroamericana
básicamente, votantes por los demócratas siempre,
con la policía y con la guardia nacional y esperemos que no lleguen
a chocar con el ejército, pues seguramente los acólitos de Trump
aconsejarán sacarlo a las calles para conjurar la rebelión
y las manifestaciones por el cobarde asesinato de Floyd.
Una
sociedad que es sistemáticamente racista, porque los que más sufren
las consecuencias del uso excesivo de la fuerza por parte de personal
policial son los afroamericanos, siempre
votantes de los demócratas.
Una sociedad en la que seguramente seguirá campeando la injusticia y
el abuso, es decir la impunidad, es nuevamente, escenario de
brutalidad policial contra los más débiles y desprotegidos. El
sistema de justicia no funciona, los policías tienen un poderoso
sindicato que es a la vez un poderoso lobby y un desinteresado
publicista de armas letales, y, para colmo de males, las
administraciones que se suceden agregan más inseguridad e impunidad
porque, por ejemplo, Trump deshabilitó por completo todas las
medidas que Obama implementó para disminuir un poco esta violencia
después de los ataques a ciudadanos negros que se produjeron en
Ferguson y Baltimore. Policía
blanco, presunto infractor negro.
Bueno,
que esperar de una sociedad donde el sentimiento supremacista de los
blancos no ha sido ni siquiera suavizado con las multitudinarias
protestas civiles que arrancaron, a pesar de todo, derechos
importantes y eliminaron, por ejemplo, el estatus de ciudadanos de
segunda categoría que tenían los afroamericanos. Malcolm X y Martin
Luther King, las dos opciones que se tenían para enterrar este
maltrato histórico, fueron asesinados y no se sabe hasta la fecha
quienes fueron los autores. Aunque se especula que, en el caso de
Malcolm Little, líder de las Panteras Negras, afroamericanos como
él, colaboraron, para su ejecución, con las fuerzas siniestras de
siempre.
George
Floyd es una de las tantas víctimas, no será la última. El racismo
y la discriminación de los wasp
comenzaron el mismo día que se asentaron los colonos ingleses del
Mayflower en suelo americano. Policía
blanco, ciudadano negro.
Policías y civiles enfrentados en EE.UU. |
IV
Paradójicamente,
Trump está alimentando una especie de patrioterismo, desde que llegó
al poder. Un sentimiento o un conjunto de sentimientos que calan muy
bien con el espíritu norteamericano, porque desde su fundación
especularon que había un Destino Manifiesto para ellos, algo así
como sentirse la nación excepcional para dirigir los destinos el
mundo.
Un
estado
de ánimo
que si
se administra en dosis suficientes la motivación para sacarlo a
flote, alegando que hay que invadir tal o cual país, para aplastar a
tal o cual tirano, proporcionará siempre suficientes voluntarios y
multitudinarios apoyos, en,
para colmo de males, una población compuesta por blancos y también
por afroamericanos.
Con
respecto a los afroamericanos, y
enfocándonos solamente en la realidad que siempre ha vivido “el
país de las libertades y la democracia”,
recordemos con Atilio Borón que Gunnar Myrdal, economista sueco
ganador del Premio Nobel, al investigar las causas del problema que
representaban tanta discriminación y cifras que reflejaban tantísima
desigualdad en la nación más poderosa del mundo, “concluyó
su estudio diciendo que Estados Unidos tenía un problema, pero era
de otro color: blanco.”
Martin Luther King |
V
Encontramos
ésta definición en casi todos los diccionarios en línea: “El
chauvinismo suele ser utilizado como arma política para persuadir a
la población alimentando su sentimiento patriótico. Apela, en ese
sentido, a la emoción por encima de la razón. Suele estar asociado
a ideologías totalitarias, xenófobas y racistas, como, por ejemplo,
el nazismo.” Nosotros agregaríamos: el trumpismo, que con su lema
America
first
ganó el voto de los blancos empobrecidos básicamente por la
competencia china que ellos mismos contribuyeron a construir cuando
decidieron trasladar sus fábricas a China y otros países, porque
pagaban mucho menos salarios, las ganancias eran fabulosas y, además,
el futuro les sonreía a estos grandes empresarios globalizadores,
pues
tenían
a su merced un mercado cautivo de más de mil millones de posibles
consumidores. America
First,
entonces, es el sentimiento de quienes, como Donald Trump se sienten
capaces de mantener una política exterior que pone el acento en el
nacionalismo estadounidense (son la nación privilegiada), el
unilateralismo (sancionan a todo el mundo con leyes cuya aplicación
convierten en extraterritorial e intervienen matando a diestra y
siniestra donde les da la gana), el proteccionismo (libre comercio y
aranceles solo para los demás) y el aislacionismo.
Malcolm X, la otra opción |
VI
La
violencia podría alcanzar cotas inimaginables si se cumple lo
expresado por Trump, que acosado por su insania, su irresponsable
tratamiento del coronavirus que
ya ha producido
cien mil muertes, los problemas económicos y estos recientes
incidentes, le pueden pasar factura y perder en noviembre frente al
anodino Biden, y peor, si es que cumple su promesa de balear a los
manifestantes, que
son mayoritariamente votantes por los demócratas.
Y
como
dice Roger Senserrich: “En
todo caso, el mes de mayo en Estados Unidos ha acabado teniendo una
pandemia como la de 1918, una depresión
económica como la de 1929, y disturbios raciales como 1968. Si en
otoño seguimos así, no sé qué presidente podría llegar a ser
reelegido en estas circunstancias. Quizás Trump vuelva a tener
suerte, pero ha tenido el peor mes que se le recuerda a un presidente
(asesinatos aparte) desde enero de 1860”.
Protestas en Arequipa por Tía María |
VII
La
violencia, digámoslo claramente, está desacreditada. Diríamos
estigmatizada, todos los dirigentes y autoridades se sienten con el
derecho de castigar y sancionar y poner en vereda, léase la cárcel,
o balear a los manifestantes – a
la gente que en EEUU protesta por el asesinato de Floyd y todo lo que
representa - porque
utilizan
la violencia contra el sistema.
Pondremos,
entonces ejemplos de actos violentos protagonizados por los que están
abajo, que nos
parecerían
justificados. Los pobladores del valle que alberga la riqueza minera
que
explotará
el
proyecto Tía María, deciden manifestarse y cortan el tránsito en
las carreteras aledañas al dichoso proyecto. ¿Por qué se “portan
así”? Digamos, que entre muchas razones esgrimen dos que nos
parecerían básicas: una, que no han sido consultados para que la
minera siente sus reales en el valle y, dos, que las actividades de
la empresa contaminarán de tal grado la tierra, los ríos, los
humedales y hasta las aguas subterráneas, que acabará con su forma
de vida y con sus subsistencias. ¿Cómo reacciona el Estado?
Criminalizando la protesta y dotando a fiscales y jueces de poderes
extraordinarios, para que, en nombre del abstracto Estado de Derecho,
sancionen a los infractores con penas larguísimas de encierro. O
que, como en el caso de un famoso alcalde de la
provincia cusqueña de Espinar, violando ese mismo Estado de Derecho
lo juzguen en jurisdicción distinta, digamos Ica, cuando apoyaba las
protestas contra otra minera, la suiza Glencore y por las mismas
razones.
VIII
(y final)
El
derecho natural legitima la violencia. Es una herencia de las teorías
sobre el contractualismo como origen del Estado y la superación del
Estado de Naturaleza de Hobbes, digamos, o el acuerdo de todos los ex
buenos salvajes de Rousseau, de someterse a la voluntad general, pero
sin renunciar a sus derechos naturales en una democracia igualitaria.
¿Qué es lo que se legitima? ¿la violencia o sus objetivos? Si la
violencia es solo un mecanismo de defensa o si su aplicación solo
persigue la sumisión de los gobernados, esa es una larga discusión.
Desigualdad
y discriminación (tal vez seamos iguales en la partida, pero no en
la llegada) son un problema histórico, un problema que atañe a la
misma estructura del Estado. Así, desde la colonia. Recuérdense la
República de indios y la República de españoles durante todo el
coloniaje, sin mencionar el estatus diferente que adquirieron las
etnias aliadas de los españoles y las que fueron enemigas de los
incas; la postergación de los indios y mestizos que lucharon por la
independencia y que solo fueron “carne de cañón”, ya que
pelearon por ambos bandos; la fundación de la República en favor
solo de los criollos; el Estado oligárquico o la República
aristocrática del siglo XIX, etc.
Ahora
mismo me acabo de enterar que las medidas de emergencia por la
pandemia se han extendido, con sus prohibiciones inherentes, hasta el
mes de setiembre y
que la Casa Blanca mantendrá cerrados sus alrededores hasta el 10 de
junio.
No faltaba más!!!!
¡Buenos días, tardes o noches a todo aquel que este leyendo mi opinión sobre el tema!
ResponderEliminarCastro, Junior (4TO E)
Mi opinión sobre el tema es que: "El nacionalismo, el racismo y los actos de heroísmo siempre va a existir en todo el mundo y no desaparecerá por mas que los ataquemos con el mismo modo, un movimiento no violento jamas detendrá otro movimiento y mas si esta manejado por las grandes potencias del mundo.
Estoy de acuerdo con el blog que nos informa cada día mas, pero siempre hay que tener presente que a una fuerza de élite se le ataca por su mismo modo de como ataca al pueblo.
¡Buenos días, a todo aquel que este leyendo mi opinión sobre el tema!
ResponderEliminarGarcia Huillca, Angelo (4to "E")
Creo que el nacionalismo, el racismo siempre van a estar presente, y que si atacamos con violencia va a ver mas violencia, aunque sea manejados por los paises mas importantes del mundo.
Y también, opino que este blog esta bien porque así los alumnos van a estar mas informados y a opinar con mas entusiasmo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa discriminación, es muy diversa en sus tipos, pero, hoy en día se ve afectada o es el punto relevante, la discriminación racial, específicamente, se ve reflejada en cada instante de nuestra vida cotidiana, seguidamente de la violencia; como, es recientemente el caso de la muerte de George Floyd.
ResponderEliminarEn el contexto actual, en Estados Unidos, se viene realizando protestas, con violencia, debido a lo sucedido y es que..¿ No entienden que la violencia, genera más violencia?, pero bueno, aun existen personas sin conciencia, sin embargo, tampoco podemos quedarnos con los brazos cruzados, pero , la violencia no es medio de solución, ya que este, no es el único caso de discriminación en el mundo, y como tal dice la lectura " George Floyd es una de las tantas víctimas, no será la última".
Cada vez, esto aumenta, debido a personas que se creen superiores, por el color de la piel, sin saber, que todos somos IGUALES, teniendo las mismas capacidades para el desarrollo humano.
ResponderEliminar
Buenas tardes profesor Uri
ResponderEliminarA primera vista, parece evidente la existencia de una fuerte relación entre nacionalismo y violencia. Este artículo se propone mostrar que de hecho no existe una relación directa entre ambos. Nadie pone en duda que el nacionalismo y la violencia frecuentemente coinciden, pero el nacionalismo no causa la violencia.
De modo particular, este artículo adopta un enfoque explicativo fundado en mecanismos causales, donde se examinan mecanismos nacionalizadores específicos juntamente con mecanismos socio-psicológicos y políticos. Se argumenta que los mecanismos causales fundamentales que conectan el nacionalismo con la violencia son mecanismos políticos.
Carlos Barrientos Esquen
4to "F"
Mi opinión es que hoy en día la discriminación y el nacionalismo va a existir pero no debemos olvidarnos que no podemos responder a la violencia con más violencia.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que no debemos dejar que siga existiendo la discriminación pero debemos hacerlo con buenas acciones y no con más violencia.
Y me parece que este blog es muy bueno y estoy de acuerdo pero tenemos que tener en cuenta que no podemos actuar con violencia .
FELIPE ROJAS PEREZ
4TO "F"